El
paso de Andor Lilienthal por España

( Autor: ©
Javier Cordero Fernández )
Había que buscar soluciones a una situación de
estancamiento y organizar torneos era caro y poco
rentable. Por eso, una de las soluciones de moda en los
años 20 y 30 fue invitar a maestros extranjeros de nivel
a pasar una temporada en nuestro país. La tarea no era
tan sencilla como pueda parecer, los organizadores de
distintas ciudades tenían que ponerse de acuerdo para ir
preparando actos, como simultáneas, conferencias, clases
o incluso pequeños torneos con los que ir agasajando al
invitado. Se trataba de un intercambio en el que ambas
partes salían favorecidas: el maestro podía pasar meses
conociendo un nuevo país y ganando dinero con su talento en el
tablero, mientras su presencia en distintas ciudades
ayudaba a popularizar el ajedrez y servía para mejorar el
nivel de los ajedrecistas nacionales.
Muchos jugadores de renombre pasaron por distintas
ciudades de España: Alexander Alekhine, José Raúl
Capablanca, Richard Reti, Salomon Flohr, Znosko Borovsky o
Aristide Gromer son algunos casos que sonarán a todos los
aficionados. Un jovencísimo Andor Lilienthal se sumó a
esta lista a finales de 1933 y su paso por España no
defraudó en absoluto. A continuación desglosaré las andanzas de
Lilienthal por España, lo cual nos servirá para
comprender como discurrían las visitas de estos ilustres
maestros a nuestro país:
La
llegada a Madrid - Diciembre de 1933

En Noviembre de 1933 Lilienthal escribió a
todos los clubes de Madrid anunciando su pronta llegada a
España, tratando de poner en marcha la maquinaria
organizadora de simultáneas y eventos diversos. Sin
embargo, antes de llegar a la tierra del oso y el
madroño, Lilienthal hizo escala en Valencia el día 3,
para luego encaminar sus pasos hacia Barcelona. En la
ciudad condal, empezó a demostrar sus
prodigiosas cualidades: gran facilidad para jugar a la
ciega y una sorprendente rapidez a la hora de jugar
partidas simultáneas: solventó una sesión de 20
partidas (una de ellas a la ciega, con un resultado de +16
-2 =2, siendo Roig y Alberti los jugadores que
consiguieron vencerle) en tan sólo 1h y 50m.
En Madrid, Lilienthal fue sometido a una gran actividad,
no se podía dejar pasar la ocasión de ver en acción a
un maestro de semejante nivel. El día 18 dio una sesión
de simultáneas a 30 tableros y sorprendió a
todos con un gesto lleno de valentía que demostraba que
era todo un caballero: dio permiso a los participantes
para que consultasen las jugadas, si lo deseaban, con los
espectadores. Esto añadió dificultad a la sesión, lo
que se tradujo en unos resultados algo peores de los que
solía cosechar el maestro húngaro: +20 =6 -4, durante 3
horas. Lilienthal fue derrotado por D'Aubarede,
Espinar, Montesinos y Sánchez de la Cruz, e hicieron
tablas Chamero, Gamonal, Cifeuntes, Campos, León y
Guijarro. Hay que decir que la sesión estaba siendo
seguida por los jugadores más fuertes de Madrid, los
cuales no participaban en la simultánea pero sí ayudaron
a los que estaban jugando... sin duda una ventaja
excesiva. La ausencia de los jugadores más destacados en
este tipo de sesiones era muy común, el maestro ponía su
reputación en juego y, sobre todo en ciudades
importantes, solía pedir que los jugadores más fuertes
de la ciudad no participasen en las partidas.
Dos días después volvió a ponerse a prueba en el Club
de ajedrez Puerta de hierro y lo hizo ante 16 rivales. Hay
que decir que los jugadores a los que se enfrentó no eran
de entidad, por lo que Lilienthal decidió dar un caballo
o una torre de ventaja en casi todas las partidas. El
resultado fue muy positivo: +13 -2 =1, con derrotas ante
Gómez Acebo y Silveda, y tablas ante Patricia Bondad.
Realmente se trataba de aprovechar al máximo la visita de
Lilienthal, por lo que hubo algo más que actos previamente
organizados. Una de las noches de su estancia madrileña,
en concreto un viernes, Lilienthal fue sometido a una sesión
infernal de partidas rápidas en la que los rivales, los más
fuertes del club de ajedrez Madrid, se fueron sucediendo
ante el maestro magiar. Primero derrotó a Lotario
Añón venciéndole en dos partidas a la ciega, luego fue
José Sanz Aguado quién inclinó su rey dos veces
consecutivas... incluso apareció por el local Manuel
Golmayo, que a pesar de estar muy desentrenado en esa época
quiso medirse al ya famoso jugador húngaro: fue el único
que logró arrancar algo positivo al ilustre invitado,
cayendo derrotado por un ajustado 3-2 (otras fuentes indican que
la cosa finalizó en empate a 2). También venció 4-2 a
Rodríguez Lafora y jugó 10 partidas ante otro de los
pesos pesados del club, aunque éste no quiso que trascendiese
su nombre ni el resultado.
El plato fuerte de la estancia de Lilienthal en Madrid fue
la organización de un pequeño torneo con el propósito
de que los jugadores más fuertes de la ciudad se pudiesen
enfrentar a él. José Sanz Aguado,
Martín de Ortueta, Vicente Almirall, Carlos Rodríguez
Lafora, Willy Kocher y Alfonso Cadenas tuvieron la suerte
de medir sus fuerzas con Lilinethal, aunque en todos los
casos su rival obtuvo el triunfo logrando una victoria
final sin paliativos: Ver
tabla.
Siempre
de regreso a España
Tras su paso por Madrid, Lilinethal desembarcó en la
emblemática Hastings donde logró poner su nombre en la
primera plana del ajedrez mundial: finalizó 2º-3º
empatado con Alekhine y a sólo medio punto del ganador
final, Salomon Flohr. Sin embargo, Lilienthal se sentía
cómodo en España y los círculos ajedrecísticos de
varias ciudades quisieron seguir contando con él. En
Enero de 1934 volvió a pasar unos días en Barcelona,
destacando la sesión de simultáneas que dio el día 19
frente a 20 tableros (+16 -2 =2). Fue una sesión curiosa,
ya que una de las derrotas se dio ante un rival
sorprendente: Esteban Pedrol Albareda, defensa del F. C.
Barcelona que por aquel entonces vivía su mejor época en
el club culé y que demostró que sabía lo que hacía
dentro de un tablero de ajedrez.

Esteban
Pedrol Albareda
En tierras catalanas siguió dando muestras de su
facilidad para jugar ante varios rivales a la vez,
logrando unos resultados extraordinarios. No se puede
dejar de mencionar su paso por las localidades de Colonia
Guëll y Figueres, encuadradas dentro de su gira catalana:
en la primera se enfrentó a 52 rivales, logrando un
resultado incontestable: +48 =4; en la segunda no bajó el
ritmo: ante 41 rivales consiguió +38 =3. No perder
ni usa sola partida de las 93 puso de manifiesto que los
aficionados españoles no estaban viendo a un ajedrecista
más, de
hecho la marca fue considerada como récord de la
época.
Lilienthal había establecido su base de operaciones en
Barcelona, lo que no le impedía desplazarse a otras
ciudades donde sus servicios eran requeridos. Por ejemplo,
el 7 de Febrero viajó a Zaragoza para dar una sesión de
simultáneas en la Agrupación Artística Aragonesa
(emblemático club que sigue existiendo hoy en día); jugó
ante 31 adversarios, logrando un resultado de +27 -2 =2
(la fiabilidad de sus resultados es realmente
sorprendente). En Mayo venció en el torneo de Sitges, a
pesar de que Ramón Rey Ardid no se lo puso nada fácil:
Sitges 1934. Un mes después volvió a
vencer en un torneo organizado en Barcelona, en esta
ocasión compartiendo los laureles del triunfo con
Tartakower y Koltanowski: ver
tabla.
Tras varios meses de estancia en Barcelona, decidió
volver a ponerse en movimiento dirigiéndose a Alcoy y
después a Sevilla. Lilienthal podía pasar varios días sin
competir, simplemente disfrutando de un país tan distinto
al que le había visto nacer, mezclando lo profesional con lo
turístico. En Alcoy
jugó ante 35 rivales, logrando un resultado incontestable
a pesar de jugar ante los jugadores más fuertes de la
ciudad: +32 =3 en sólo dos horas y media, batiendo el
récord de rapidez en una sesión con ese número de
jugadores. También jugó una partida con reloj con
Miguel Botella, jugador más destacado de la provincia,
con el que entabló. Su siguiente destino sería Valencia,
donde dio una sesión de simultáneas a 30 tableros de la
que no se conoce el resultado.

Simultáneas
de Lilienthal en Alcoy, Julio de 1934
La sección de ajedrez del Ateneo de Sevilla invitó a
Lilienthal a conocer la ciudad y, por supuesto, también
le invitó a dar varias muestras de su famoso juego, preparando, según sus palabras, una fiesta del
ajedrez. El festejo dio comienzo con un torneo triangular entre
Lilienthal, y los dos mejores jugadores del club; Torres
Caravaca y Luis de la Matta. Lilienthal venció en este
pequeño certamen al lograr la victoria en sus 4 partidas.
Seguidamente, en el teatro Llorens, especialmente
engalanado para la ocasión con flores y bellos tapices, el maestro húngaro dio
una sesión de simultáneas ante 40 rivales, sesión en la
que los aficionados sevillanos lograron poner en aprietos
a su laureado rival: Lilienthal obtuvo su peor resultado
en España: +27 -7 =6, y como reconoció
después también fue el peor resultado que había conseguido en
toda su carrera. Tras esto, hizo un rápido viaje a
Málaga para dar una nueva sesión de la que no se conocen
detalles, para regresar de nuevo a Sevilla y jugar una
nueva partida ante el campeón de la provincia Eugenio Gómez, al que también
consiguió derrotar. Lilienthal cerró su aventura sevillana con unas
nuevas simultáneas, en esta ocasión organizadas por la
Asociación sevillana de ajedrez; el maestro recuperó su
tono y logró un buen resultado ante 32 rivales: +28 -1
=3.
Una
marca para la historia
Tras su estancia en
levante y en la zona sur, Lilienthal quiso conocer el
norte español y se encaminó hacia Santander, donde, una
vez más, no se conocen datos de lo ocurrido allí. De
Santander se desplazó a Bilbao en el mes de Noviembre,
dispuesto a dar un manotazo y voltear la historia de las
simultáneas de ajedrez. Comenzó con unas simultáneas a la ciega a 11 tableros, con
un resultado de +9
=1 -1. Sin embargo, lo mejor estaba por llegar.
Lilienthal tenía en mente batir los récords de la época en número de rivales y en
duración... y vaya si lo hizo: literalmente pulverizó
ambos récords el 11 de Noviembre al enfrentarse a 121 rivales (una de las
partidas a la ciega) durante 7 horas de juego, logrando un
resultado de +97 -11 =13. Este resultado, con un score del
85%, se puede valorar en su justa medida si se compara con
una sesión dada por Alekhine en
París dos años antes: 60 tableros (con 150 adversarios
repartidos entre ellos), +37 -6 =17, score del 76%
en 15 horas. Lilienthal había conseguido batir tres marcas a nivel europeo: número
de rivales, resultado y duración. Curiosamente, no
pudo disfrutar de su récord durante demasiado tiempo,
apenas un mes, ya que Aristide Gromer, que también
llevaba varias semanas en España, batió la marca de
Lilienthal en una sesión dada en Lugo en la que se
enfrentó a 128 rivales, +105 -6 =17,
tardando 10 horas en dos sesiones de 5 horas.

Impresionante
aspecto de las simultáneas dadas por Lilienthal en Bilbao
A continuación el lector puede descargar un archivo pgn
con varias partidas jugadas por Lilienthal en su paso por
España:
Descargar
46 partidas de Lilienthal en España |

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Fin
del viaje. Preparando su ascensión a la cima del ajedrez
Lilienthal tenía 23 años cuando visitó España y el nivel y facilidad de juego
que demostró fueron realmente sorprendentes,
sobre todo si se tiene en cuenta que aprendió a jugar al
ajedrez a la tardía edad de 17 años. Justo después de
su experiencia española le esperaba el éxito, su nombre
retumbó con fuerza en la tambaleante Europa cuando
barrió del tablero de forma brillantísima a José Raúl
Capablanca, en la que es una de las grandes partidas de la
historia del ajedrez: Lilienthal -
Capablanca, Hastings 1935. Esa portentosa partida le sirvió para ser invitado
al torneo de Moscú de 1935, lo que tal vez le pudo salvar la
vida. Lilienthal era judío y residía en Berlín por aquel
entonces; justo en aquella época el partido Nacional Socialista
alemán comenzó su represión contra los judíos, acciones proyectadas
desde las leyes
de Nurenberg, en las que los ciudadanos judíos fueron privados
de todos sus derechos fundamentales. De haber continuado en
Berlín, la vida de Andor Lilienthal podría haber sido mucho
más corta, pero tras jugar en Moscú decidió huir del
peligroso clima que se respiraba en Alemania pidiendo asilo en
la URSS, pasando a jugar bajo la bandera de su nuevo país. El
resto es historia, Lilienthal se instaló en la élite del
ajedrez y consiguió ser uno de los jugadores soviéticos más
destacados, tarea nada sencilla.
El
siguiente maestro en llegar a España fue Eugene Znosko
Borovsky, lo que ocurrió una vez superado el ecuador de 1934.
Znosko Borovsky fue contratado para dar exhibiciones en A Coruña, Ferrol, Gijón y Vigo,
además, Sevilla,
Santander, Valencia, Madrid y Barcelona también se
habían mostrado interesadas en contar con él. Las actuaciones
del jugador francés pueden servir para valorar con más
exactitud
lo que logró Lilienthal. En Madrid, ante jugadores del Club de ajedrez Madrid,
Znosko Borovsky cosechó un resultado discreto ante 22 rivales: +7 -6
=9.
En el Ateneo Obrero de Gijón, consiguió enderezar un
poco el rumbo: ante 32 rivales, logró +19 -7 +6,
y ante 31 adversarios,
logró +24 -6 =1. Estas cifras demuestran que este tipo
de sesiones no eran sencillas para los maestros y nos permiten apreciar el mérito del juego de Andor
Lilienthal, un talento puro que los aficionados españoles
pudieron disfrutar durante meses.
Javier
Cordero Fernández
(24
Marzo 2018)
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